De cómo una
comunidad puede servir para abrigar a sus miembros y ser caldo de cultivo para
el crecimiento personal, la autoestima, la seguridad…
O, por el
contrario, de cómo una comunidad puede fomentar el acoso a lo diferente, el
sentimiento de culpa, la inseguridad; o el enquistamiento de la negación a la
percepción del propio yo.
Cuando una comunidad se comporta como se describe en el
segundo supuesto se convierte en enemiga de alguno de sus miembros y justifica
la rebelión, el exilio, el sarcasmo, la ira y la huida hacia delante. La
DESOBEDIENCIA. Y de eso trata la película, de una mujer, de dos mujeres, que se
niegan a vivir como otros les dictan teniendo que sacrificar para ello su yo
más íntimo.
Entrada de
la película: sinagoga, rabino haciendo una disquisición
sobre la “creación”: …y
en el séptimo día creó al hombre y a la mujer… que por algo lo haría así y no
de otra manera.
El Rabino,
en pleno énfasis de exposición frente a sus fieles sufre un desmayo y muere.
Una mujer en
una gran ciudad, que después sabemos que es Nueva York, emprende un vuelo.
La peli se desarrolla en una Comunidad Ortodoxa Judía
enclavada en la sociedad occidental; también averiguaremos que se trata del
área metropolitana de Londres a partir de señales ambientales.
La mujer que llega de Nueva York, hija del rabino muerto, es
recibida con cierta expectación, hostilidad y recelo, con lo que colegimos que
en su pasado hubo algún acontecimiento excepcional dentro de esa Comunidad.
Ella presenta una actitud desafiante, sarcástica, libre. La acoge en su casa un
hombre, que es como su hermano, y su mujer.
No puedo evitar asociar esta película con otra de ambiente
judío, “El balcón de las mujeres” de Emil Ben-Shimón, 2016 (que también tengo
en mi blog), y que me permite entender mejor las claves en que se mueve esa
Comunidad: la peluca en las mujeres, los rituales religiosos con las mujeres
separadas en la Sinagoga, las reuniones de los hombres en torno al Talmud y sus
interpretaciones, la segregación por sexo en educación…
El desarrollo del guión nos va situando en lo que es una historia
de amor entre mujeres
-prohibida en la sociedad en general y particularmente en las comunidades con
fuertes raíces religiosas- que avanza
contenida (miradas furtivas, búsqueda de la otra…) hasta hacerse
sexualmente explícita.
El guión nos da a entender que en el pasado ya hubo algún
episodio entre ellas, y que eso provocó la huida de una y el matrimonio de la
otra para enmascararlo. Curiosamente no se acude al flashback para ilustrar la
historia aunque sí a otros recursos como miradas, diálogos, cuchicheos de los
vecinos, lugares…
Pero si un rio tiene su cauce antes o después vuelve a él. Y
así,
cuando Esti /Rachel McAdams y Ronit/Rachel Weisz se reencuentran renace (aunque tal vez no se
ha extinguido nunca) el sentimiento amoroso, y el deseo como una avalancha. Y
esta es la historia, bien narrada cinematográficamente, con elegancia; una iluminación
y banda sonora adecuadas y una brillante interpretación tanto de las
protagonistas como del resto de elenco entre el que destaca Alessandro Nivola
en el papel de Dovit, por cierto, personaje alejado del rencor y, en el fondo,
comprensivo a pesar de su propio dolor, de lo que viven su mujer, Esti, y
Ronit.
Deja un final abierto a la interpretación de cada cual.
La he visto en versión original porque no la había doblada y
aunque siempre se pierde algo con la lectura se gana en matices de voz.
Me ha parecido muy buena. Hay que verla.
Título original: 'Disobedience'
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Reparto:
Rachel Weisz,
Rachel McAdams,
Alessandro Nivola,
Mark Stobbart,
Cara Horgan
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Dirección: Sebastián Lelio
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Países: Reino Unido Bretaña / EEUU / Irlanda
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Duración: 114 minutos
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Género: Drama
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Año: 2017
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-MAY IBÁÑEZ-
Mayo 2018