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miércoles, 23 de septiembre de 2020

“LA BODA DE ROSA” Cine 2020

 

 “Sí, fulanita es muy buena…” Cuando se dice esto de alguien tal vez ya no se la adjetive con nada más, lo que viene a significar, “…de tan buena es tonta…”


 Pues de eso va la peli, de una mujer buena que, de pronto, reivindica el derecho a ser menos buena pero feliz para sorpresa de cuantos la rodean, incluso para sorpresa de sí misma.

Icíar Bollaín tiene la virtud de echar una mirada a su alrededor y captar heridas sangrantes por las que se escapan vidas, y va y se monta una historia para que los demás lo veamos también como diagnóstico que posibilite la curación.

Eso aunque al espectador le cueste pasar por momentos duros, angustiosos diría yo, porque arañar en la herida siempre duele. Y lo hace de manera magistral, pero después llega la cauterización, la quema de los tejidos orgánicos afectados, y la sanación. Su cine es eso.

La primera parte la he vivido como una tragedia, queriendo espolear a la protagonista para que saliera de ese empantanamiento en el que se hallaba y que me hería por cuanto la hería a ella… Son secuencias duras, durísimas… Pero ¡qué bien narrado y con qué simplicidad!

Nos enfrentamos a personajes reconocibles: familiares, compañeros de trabajo, vecinos, amigos, ese microcosmos en el que nos movemos habitualmente; y el guion transita por ellos como hacemos todos, casi imperceptiblemente, están ahí, estamos ahí sin más. Claro, que después vienen las actitudes, eso de cómo se afrontan las diferentes situaciones…y aparece el egoísmo, la manipulación, la falta de empatía, los intereses espurios… Y sí, hay


personas que, frente a eso, no saben protegerse, avanzan sin coraza, a corazón abierto, como Rosa, la protagonista, desangrándose a cada paso y haciendo de su vida un Maratón para el que no están entrenadas. Pues ella, en un momento determinado de lucidez abandona la carrera. ¡Qué buen símbolo ha creado Icíar con esa entrada de la peli como condensación de cuanto quiere transmitir…!

Me han parecido espléndidas las localizaciones: la casa, el almacén-taller de vestuario escénico, la tienda de la madre…con esos tonos ocres rojizos que aportan proximidad y calidez. Y las zonas abiertas de playas, terrazas, calita…tan Mediterráneo y tan nuestro.

La interpretación muy buena; Candela Peña se deja la piel en el papel de Rosa y lo hace creíble. Paula Usero en el papel de la hija con registros que pasan de la ira a la compasión, ha estado espléndida, y Nathalie Poza en el papel de hermana, alegre pero cáustica, egoísta, sorprende con su naturalidad. Y, en fin, ellos han estado impecables también y han dado el tono adecuado para pulir la peli.


La segunda parte podría parecer que está en las antípodas de la primera porque discurre con técnicas digamos que Berlanguianas, con situaciones caóticas, saineteras y esperpénticas en tono coral incluyendo tracas, bandas de música, salas de Ayuntamiento…pero no es sino la sublimación con que se representa la entrada en ese otro talante que busca la protagonista y que, además, permite al espectador respirar tras tanta tensión anterior.

La banda sonora me ha gustado mucho incluyendo la canción de Rozalén “Que no, que no” que ilustra parte de la película… ¿Qué fue primero, la canción o el guion…? La letra de la


canción de Rozalén encaja milimétricamente en su esencia, ES la película.

En fin, buen cine español y película que hay que ver sí o sí… y, queridos lectores, no olvidemos eso de “la caridad empieza por uno mismo”, y quiérete mucho, y querámonos mucho, y quiérome mucho…


Título original: La boda de Rosa

REPARTO:

Candela Peña,

Sergi López,

Nathalie Poza,

Paula Usero,

Ramón Barea,

Xavo Giménez,

María Maroto,

Eric Francés,

Lucín Poveda,

María José Hipólito

Dirección: Icíar Bollaín

Guion: Icíar Bollaín, Alicia Luna

Música: Vanessa Garde

Fotografía: Sergi Gallardo, Beatriz Sastre

País: España España

Año: 2020/ Duración: 100 min.

Premios: 2020: Festival de Málaga

Premio Especial del Jurado

y Mejor actriz sec. (Poza)


 

-MAY IBÁÑEZ-

Alicante, septiembre 2020

martes, 22 de septiembre de 2020

“EN BUSCA DE SUMMERLAND” Cine 2020

 

De 1926 a 1976 ó 50 años de una vida… Claro, eso da para mucho, y en cine hay que plantear muy 


bien el guion si se pretende atrapar la curiosidad y el interés del espectador. Me temo que no se ha conseguido.

No desvelo nada si adelanto que se trata de un drama amoroso entre dos mujeres, porque eso ya se ve en el tráiler.

Se mezclan los tiempos en un juego de idas y vueltas y revueltas: de 1976 a los primeros años cuarenta en plena segunda guerra mundial, a 1926 en el arranque de esa relación amorosa, y saltando de una a otra. El vestuario nos ubica en cada uno de ellos y eso sí se ha resuelto bien.

La caracterización de los personajes se solventa, en última instancia, cambiando a la actriz que representa a la protagonista en su madurez.

Y la historia… He aquí a una mujer enérgica en abierta confrontación con sus conciudadanos a los que ignora o incluso parece despreciar. Vive en una casa alejada frente a un acantilado inmersa en su tesis doctoral, una investigación que cuestiona el sentido de los mitos. Y esta primera parte sí tiene entidad y credibilidad porque muestra a una mujer que sabe lo que quiere y se pone al mundo por montera.

Pero la historia empieza a hacer aguas cuando su relación con el niño, al que le han asignado para que lo tutele mientras dure la guerra, la va ablandando y cambiando el perfil. Es otra mujer. La peli se desploma y empieza a hacerse poco creíble porque deviene en melodrama y, además, deja en un mero


pespunte la verdadera causa por la que la protagonista está en contra del mundo: el fracaso de su relación amorosa y el por qué. Así, por los años en que discurre el relato no he podido evitar asociarlo con lecturas que transitan esa época y que leí allá por los finales de los setenta y principios de los ochenta, “Los diarios de Anaïs Nin”, los “Trópicos…” de Henry Miller, que presentan a personas intelectualmente potentes –como esperabas que fuera la protagonista de la peli- que viven al límite explorando su yo y su relación con el otro-la otra, las cosas, los sentimientos… Así, el personaje se me ha quedado corto, romo, mediocre.

Y, bueno, el giro arbitrario de la historia, con ese final que no voy a desvelar, ha sido la puntilla final.


La interpretación, por el contrario, me ha gustado mucho: ”…qué buen vasallo se hubiere gran señor” …o qué gran interpretación si hubiere buen guion.

Ahora bien, reconozco que he disfrutado con las localizaciones: en el Condado de Kent, los acantilados blancos de Dover. Eso merece la pena.

Y muy buena la ambientación de época como suele hacer el cine británico.

En fin, no me atrevería a recomendarla. Cada cual que determine qué hacer. Yo ya he dicho lo que me ha parecido.

Título original: Summerland

REPARTO:

Gemma Arterton,

Gugu Mbatha-Raw,

Penelope Wilton,

Tom Courtenay,

Bernardo Santos, Dixie Egerickx, Sally Scott, Lucas Bond, Joshua Riley, Dominic McGreevy, David Ajao, Amanda Lawrence, Karl Farrer, Ty Hurley, Sian Phillips, Toby Osmond, Nina Beagley, Amanda Root, Jessica Gunning, David Horovitch

Dirección: Jessica Swale

Guion: Jessica Swale

Música: Volker Bertelmann

Fotografía: Laurie Rose

País: Reino Unido Reino Unido

Año: 2020 // Duración: 99 min.

 

-MAY IBÁÑEZ-

Alicante septiembre 2020

domingo, 13 de septiembre de 2020

“LAS NIÑAS” Cine 2020


Es mi primera sesión de cine en la era Covid-19. Desde primeros de marzo no pisaba una sala…y estamos en septiembre.

Y bueno, ha discurrido con sus luces y sus sombras, veamos:
Va de niñas, de escuelas, de familias, de contextos.

Para empezar, me ha sorprendido el formato: una pantalla grande que se quedaba vacía por los laterales. Los fotogramas ocupaban el centro, en un cuadrado, de manera que era como estar poco más que frente a un televisor.


El relato: una niña de once años y sus circunstancias de familia, de escuela y de época histórica. La entrada en la pubertad y muchas preguntas sin respuesta con la consiguiente confusión en esos momentos de cambios físicos, psicológicos, emocionales y sociales.

El centro escolar: un colegio privado, o concertado, regido por monjas, por tanto, con ideario religioso católico y lo que conlleva respecto al concepto de persona, familia, sociedad, sexualidad, dimensión espiritual, ritos religiosos.

El contexto: Zaragoza, inicio de los años noventa del pasado siglo.
En este caldo de cultivo se desarrolla el guión. Yo diría que se ha querido hacer una reinterpretación de la historia de aquellos años, con el riesgo de subjetivismo, y de sesgo a la hora de plasmarla en el guion. Así, se han cargado las tintas en los aspectos más “sombríos” de la formación. Pero el ámbito escolar no era de los noventa, me parecía estar en una escuela de los sesenta, incluso los juegos de patio eran los de aquellos años. Muestra un ambiente en las aulas opresivo y plagado de consignas “espirituales”; frente a lo expansivo lo reprimido, pero los noventa, precedido de los ochenta, fueron unos años de eclosión en que emergieron muchas cosas nuevas que también se reflejaban en las escuelas…y que aquí se obvian. Y sí, fuera del ámbito escolar y familiar en que se mueve la protagonista hay pinceladas que lo muestran, el “póntelo, pónselo” de Francisco
Umbral en un programa televisivo, el cartel de enfermedades de transmisión sexual de la parada del autobús, la estancia del grupo de amigas en la discoteca… por cierto, con la escena inefable del chico, un preadolescente también, que va a sacar a bailar a una de las niñas. En fin, mucha distancia entre lo que vemos en el exterior y los interiores de escuela y casa familiar; tal vez esté premeditado que sea así a costa de distorsionar una de las partes.

El ambiente familiar también me ha sorprendido, aunque podría justificarlo, porque los miedos atenazan y alejan de las soluciones y la madre está aterrada. Madre soltera que
quiere lo mejor para su hija a costa de matarse a trabajar y que soporta la incomprensión de su familia. Y aquí, si lo contextualizo, encuentro desajustes porque ya se habían dado pasos relevantes: “El 7 de octubre de 1978 las Cortes Constituyentes despenalizaron la venta, divulgación y uso de los anticonceptivos. No era un tema menor. Por primera vez se separaba la sexualidad de la procreación”, “En la tarde del 22 de junio de 1981 el pleno del Congreso de los Diputados aprobaba la Ley del Divorcio”, “La ley de 1985, conocida como Ley del Aborto, supuso una revolución social en España y despenalizó la interrupción voluntaria del embarazo en tres supuestos”. Como se ve, una sociedad nueva, por lo que no se entiende bien la atmósfera que plasma el guion con una madre acobardada, y recluida como si no viviera en su época. También me ha costado entenderlo.

Técnicamente nada destacable, la cámara está obsesionada por la protagonista, a la que sigue en todo momento, prevaleciendo los primeros planos en un intento por captar los matices emocional-reflexivos de la niña, y con ritmo lennnnntooooo. Se eternizan algunos fotogramas, como diciendo al espectador “mirad hasta dónde llega su estupor…”

Prevalecen las tomas en interiores, de la casa, de las aulas, y en tonos ocres-oscuros que potencian la situación emocional de la niña.

A destacar el personaje de Brisa, una compañera nueva que sí da el tono de la época con su actitud libre, y sus preguntas irónicas sobre las fantasías de algunos conceptos religiosos. Me ha encantado.

Y me ha gustado muchísimo el comienzo y el final, en un encadenado que informa el posicionamiento de la protagonista tras ese largo viaje en busca de sí misma.
Buena la interpretación, fresca, directa, creíble, de todas las niñas. Dirigí teatro con adolescentes un tiempo y sé cómo son de dúctiles y de apasionados, y cómo de bien pueden rendir en un escenario.

En fin, sé que es una primera experiencia de largometraje de la directora así que tal vez nos pueda dar más sorpresas. Esta no es desdeñable, pero para mí tampoco es esa “gran obra” con la que la han definido algunos.


Título original: Las niñas
REPARTO:
Andrea Fandós,
Natalia de Molina,
Carlota Gurpegui,
Zoe Arnao, Julia Sierra,
Francesca Piñón,
Álvaro de Paz,
Mercè Mariné,
Jesusa Andany,
Maite Sequeira, Laura Gómez-Lacueva, Leonor Bruna, Mariano Anós, Eva Magaña, Amelia Ríus
Dirección: Pilar Palomero
Guion: Pilar Palomero
Música: Juan Carlos Naya
Fotografía: Daniela Cajías
Año: 2020 // Duración: 100 min.
País: España
Premios 2020: Festival de Málaga: Biznaga de Oro (mejor película), fotografía y Premio Feroz


-MAY IBÁÑEZ-
Alicante 12 septiembre 2020

"EL MAESTRO QUE PROMETIÓ EL MAR" Cine 2023

  Acabo de ver la película “El maestro que prometió el mar” a través de Movistar tumbada en el sofá de casa. Me doy un tiempo para sacudirm...