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martes, 27 de febrero de 2024

“TÍO VANIA” Teatro de Antón Chejov. Compañía “Guindalera” febrero 2024

 

 

Desconocía el libreto “Tío Vania”, de Antón Chejov, así que me he sentado en la butaca del teatro Arniches de Alicante, este viernes 23 de febrero de 2024, con total expectación.

La compañía que pone en escena la obra es “LA GUINDALERA”, de la que ya he visto “Sobre padres e hijos”, de Iván Turguéniev, y “Diktad”, de Enzo Kormann. Esta es, por tanto, la tercera obra que veo suya. Tengo la reseña en mi Blog de las dos vistas.

La propuesta de Chejov me ha parecido muy interesante: crea un universo de personas atrapadas en un espacio-tiempo, representado aquí por la hacienda que habitan. Y digo atrapadas porque todas ellas parecen estar en desacuerdo con sus vidas; muestran una profunda frustración y parecen admitir que no hay salida.

Chejov crea una situación que viene a ser INTEMPORAL y MULTIESPACIAL porque habla de los deseos humanos, y los UNIVERSALIZA a través de los personajes: la necesidad de reconocimiento como ser superior, en el narcisismo del profesor; el Tío Vania que espera se valore y recompense su entrega y sacrifico por los otros; Elena, la mujer que enamora a todos, y que no es feliz; el doctor con sus grandes proyectos medioambientales y su opaca vida; la madre del Tío Vania y su necesidad de admirar sin ver que eso que admira es un fraude; la joven Sonia, la más realista y empática, víctima de su fealdad… Y de manera transversal, en todos, la necesidad de amar y ser amados, pero para lo que hay que contar con la reciprocidad, o no, del ser que se ama. El espectador podría identificarse con alguno de ellos, independientemente del contexto. Gran habilidad la de Chejov para crear perfiles tan bien definidos y tan diversos unos de otros.

Y todo ello adobado con los sentimientos que acompañan a la frustración: la cobardía, la ira, el rencor, el miedo, la tristeza, la decepción… que son los que aportan acción a la obra según lo sienten los personajes, desde un intento de homicidio hasta un intento de suicidio en su parte más extrema, un conato de infidelidad, una propuesta atrevida…y muchos reproches...

La escenografía adecuada para la acción: una larga mesa en el centro con unos bancos de madera a ambos lados frontales, una butaca, taburetes, algún armario. Los personajes se mueven en torno a ella y resulta sencillo y efectivo.

Interesante la iluminación con que resuelven el cambio de cuadros, con el escenario a oscuras y la proyección de una pantalla de luz con partículas de colores móviles.

La banda sonora: una melodía de notas picadas en algunos concretos momentos y sonido ambiental de llegada-partida de carruajes, de tormenta, lluvia, viento, rayos. Adecuada.

Vestuario y maquillaje como de principios de siglo XX, clase media en una hacienda salvo en algunos puntuales momentos que visten a Elena de manera un tanto espectacular y elegante.

Movimiento actoral efectivo ocupando todo el escenario, aunque ha habido bastantes momentos en que se daba la espalda al patio de butacas y se perdía expresividad.

Pero lo que más me ha sorprendido ha sido la técnica actoral con una sobreactuación física y oral que, a mí, no me ha gustado por estridente. El volumen de voz muy alto, y un tanto acelerado, sin considerar que el aforo de la sala era de sólo 264 butacas; y el movimiento físico demasiado espasmódico y exagerado. Y eso ya se percibe al inicio del montaje cuando un actor se dirige al público desde la primera línea del proscenio y nos invita a hacer un viaje en el tiempo de los personajes, nombrándolos, como una presentación, e invitándonos a ver cómo, tras una parábola temporal, el final es igual que el principio, que los personajes siguen atrapados en sus actitudes, aunque la propuesta que hace el presentador es que, tal vez si se vieran en la distancia del tiempo pudieran decidirse a cambiar en el futuro.

Y me sorprende porque sé que el teatro de Chejov eclosionó cuando Stanislavski aportó su técnica basada en el naturalismo, en la vibración interior y recuperación de la memoria emotiva del personaje por parte del actor; en el valor del subtexto -el contenido latente por debajo del diálogo hablado- que una buena y comedida actuación puede hacer ver y sentir al espectador. Eso sólo lo vi en la escena en la que Sonia está confesando a Elena su amor por el Doctor, para mí la mejor de todo el montaje, la que más veraz me pareció.

Mientras buscaba información para insertar el cuadro técnico leo que Juan Pastor ha pretendido hacer una adaptación cómica del libreto. Tal vez eso explica la sobreactuación del conjunto actoral. Yo hubiera preferido verla en su versión drama, en fin…

No obstante, el grupo de amigos con los que asistí, salvo alguna excepción, disfrutaron y elogiaron la obra. Después una “picaeta” a modo de cena y a casa. Ver teatro siempre es saludable.

Título: “TÍO VANIA” de Antón Chejov

INTÉRPRETES:

Luis Flor es Vania

Alejandro Tous es Astrov el médico

María Pastor es Elena

Gemma Pina es Sonia

Aurora Herrero es María, madre de Vania.

José Maya es el profesor

Dirección: Juan Pastor

Escenografía: María de Alba

Iluminación: Raúl Alonso

Sonido: Pedro Ojesto y Marisa Moro

Vestuario: Teresa Valentín-Gamazo

Lugar: Teatro Arniches de Alicante

Fecha: 23/02/2024

 -MAY IBÁÑEZ-

Alicante febrero 2024


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