“LA FAVORITA” Cine 2018

Yorgos Lanthimos es un director que acostumbra a hacer películas que propenden a la ESPECULACIÓN; el espectador se sumerge en interpretaciones acerca de lo que se ofrece en la pantalla y no siempre resulta fácil descifrar los

códigos de sus guiones, o se presta a perderte en ellos porque son crípticos y presentan realidades extrañas y poliédricas. Las abstracciones son acosos a la realidad y a veces la clarifican pero otras la entenebrecen… Sus películas “LANGOSTA”, “CANINO”, “EL SACRIFICO DE UN CIERVO SAGRADO” responden a ello.

Sin embargo en “La favorita” da el salto y pasa de lo especulativo a lo EXPLÍCITO mostrando realidades sin más aunque, eso sí, intensas, potentes… Su núcleo es el mundo de los sentimientos y hasta dónde pueden arrastrar al ser humano. ”Durante el enamoramiento el circuito de

recompensa trabaja con especial fervor y la corteza prefrontal parece apagarse siendo ésta la responsable de la capacidad de razonar y emitir juicios elaborados. Las consecuencias son que el amor nubla la capacidad crítica y eso explica la creencia de que el amor es ciego”. Ortega y Gasset lo definió como “un estado de imbecilidad transitorio”, y Nietzsche “siempre hay algo de locura en el amor pero siempre hay algo de razón en la locura”. Y de eso trata la película.

Claro, que si ese estado emocional lo sufre una Reina las consecuencias de esa “ceguera” pueden adquirir dimensiones insospechadas considerando que tenía el poder de contratar y despedir gobiernos y de vetar políticas.… El guion nos lo

muestra así pero ignoro si responde a lo que fue la realidad histórica.

Otro núcleo sobre el que pivota el guion es el relacionado con la ambición de poder, y el mundo cortesano es el caldo de cultivo idóneo para desarrollarlo. Así que ahí tenemos a las dos coprotagonistas de la historia lidiando con las peores  intrigas para desbancar a su adversaria y conseguir el “favor” de la Reina.

Y el contexto. Principios del siglo XVIII en Gran Bretaña, una sociedad aún embrionaria respecto a los derechos individuales, y el retrato de cómo la supervivencia genera rivalidad entre los iguales (sean de abajo o de arriba) y servidumbre y humillación entre los desiguales. Sorprende también ver cómo el castigo físico era de lo más habitual.

La película es la historia de los convulsos amores de la Reina pero también la FORMA en que se

envuelve, y en eso Yorgos Lanthimos es un genio. Yo lo descubrí en “El sacrificio de…” y ya expuse que como director de cine podría hacer cuanto quisiera.

Magnífico guion, y magníficos diálogos.

La puesta en escena -eso de dónde colocar la cámara y qué planos tomar- retrocediendo para captar el avance de los personajes, o avanzando siguiéndolos a la vez que capta techos, paredes, suelo y expresiones. Primeros y primerísimos planos, a destacar la cara de la Reina frente a su Corte en un momento en que percibe que está

siendo manipulada por su favorita, los ojos tristes y brillantes y unos incipientes “pucheros” en su boca…potente, bellísima secuencia.

 La iluminación: algunos fotogramas los asocié con cuadros del barroco.

La banda sonora (y en esto repite juego con su peli El sacrificio de…), combinando música sinfónica –me pareció reconocer a Haendel- con percusión y reverberaciones, una especie de latido

grave y un arrastre como un gemido, que se repite una y otra vez a modo de taladro y que potencia los momentos dramáticos.

Vestuario, maquillaje, ambientación, todo difícil de mejorar, nos retrotrae al ambiente de la época.

La interpretación magistral por parte de las tres mujeres que encarnan a la Reina y a las dos favoritas. Aunque si hay que destacar a alguna sin duda es a Olivia Colman  en su papel de Reina; personaje con registros que van de la alegría a la pena, a la rabia, a la introspección, a la furia, al

histerismo… Aunque no cabe duda que el artífice de los planos tiene su importancia al tomarlos como lo hace y al “tempo” que les da.

En general cuantos personajes aparecen dan el tono, buena dirección de actores.

Montaje perfecto, va en un “crescendo” que te atrapa sin remedio.

Soberbia dirección de Yorgos Lanthimos.

En fin, para mí se trata de un clásico contemporáneo.

Película que hay que ver SÍ O SÍ.

Título original: The Favourite	REPARTO: Olivia Colman, Emma Stone, Rachel Weisz, Nicholas Hoult, Joe Alwyn, James Smith, Mark Gatiss, Jenny Rainsford, Tim Ingall, Basil Eidenbenz, Timothy Innes, Jack Veal, James Melville, Hannah Morley, John Locke
País: Reino Unido Reino Unido
Dirección: Yorgos Lanthimos
Guion: Deborah Davis, Tony McNamara
Fotografía: Robbie Ryan
Productora: Coproducción Reino Unido-Irlanda-Estados Unidos; Element Pictures / Scarlet Films / Film4 Productions / Waypoint Entertainment. Distribuida por Fox Searchlight
Duración: 121 min.
Año 2018
Género: Drama histórico

-MAY IBÁÑEZ-

Enero 2019

“EL VICIO DEL PODER” Cine 2018

El cine nos ha llevado miles de veces por ciudades como San Francisco o Nueva York, de manera que

cuando las visitas por primera vez te parece reconocer cada rincón; y las noticias, la prensa, la televisión, nos ha hecho conocer los acontecimientos de EEUU como si de nuestro país se tratara, o más, dado que cuanto se decide allí tiene repercusión mundial, así que forma parte de nuestras propias vidas y esa es la sensación que produce ver esta película.

La película es un BIOPIC que desgrana la biografía de Dick Cheney mostrándolo como un personaje sacado de “El príncipe” de Maquiavelo - astuto, pérfido, falaz, inmoral- y como aconsejaba Maquiavelo “siempre debe mantener la apariencia

de ser sincero aunque aproveche el mal para hacer el bien”. Nos lo muestran también como artífice de lo que llaman Realpolitk: antes el utilitarismo que la moral o la justicia. Priorizar las consideraciones de interés nacional en términos de poder. Aunque el mensaje del guión sitúa a nuestro personaje más en su propio interés económico y de prestigio que en el del propio Estado.

Eso sí, es capaz de doblegar su ambición por el interés de su familia. La película nos muestra una anécdota conectada con ello.

Arranca en 1963 con un Cheney perdido en el alcohol y redimido a partir de que entra en el Congreso como asistente administrativo. Allí

conoce a Donald Rumsfeld y copiará  -y perfeccionará- sus actitudes dominantes, prepotentes y despóticas, que él adereza con mucha astucia, y que le ayudarán a entrar en la alta política. En ese sentido es interesante  cómo, a través de su astucia, se rodea de personalidades que le van a ir facilitando la penetración en todas las parcelas del Estado: un abogado sagaz hará una novedosa interpretación de la Constitución – el poder absoluto individual- que le permite introducirse en todos los sectores del Estado (el ejército, la energía, las Administraciones, la política exterior) exento de control y supervisión. Y en esas es donde mete a nuestro pequeño mundo en la vorágine en la que aún nos encontramos.

Vemos pasar acontecimientos bajo la presidencia de: Richard Nixon, Republicano 1969-1974// Gerald R. Ford Republicano 1974-1977// Jimmy Carter, Jr.  Demócrata 1977-1981// Ronald Reagan Republicano 1981-1989// George H.W. Bush Republicano 1989-1993//"Bill" Clinton Demócrata 1993-2001// George W. Bush Republicano 2001-2009// Barack Obama 2009-2017 Demócrata.

Y alusiones a acontecimientos como la guerra de Vietnam y Camboya, la guerra del Golfo, el

atentado al Worl Trade Center, el terrorismo internacional, las torturas, la invasión de Irak… En fin, la historia de ayer mismo que es nuestra historia de hoy.

Hay que admitir que los americanos también son capaces de hacer cosas como esta, darse de latigazos y criticar sus formas, como Michael Moore, al que me ha recordado esta película.

Es sorpresiva, con planos rápidos que en ocasiones pasan a fundido en negro, o planos inesperados con un sonido atronador que te hace saltar de la butaca. Técnicamente impactante. Pasada la primera hora, de pronto aparecen unos títulos de crédito que te dejan atónita pensando que ya se ha terminado… Pero no, sigue… sorprendente.

Tengo que admitir que desconozco el perfil de cuantos personajes trata la película, sé de ellos lo que nos han mostrado los telediarios y algún que otro artículo, por tanto admite algún grado de cuestionamiento; tal vez el director ha dirigido la

vista en una sola dirección y habría que considerar que la realidad es siempre más compleja; lo que sí se conoce son los acontecimientos que se viven a nivel mundial y que todos sufrimos, como el terrorismo, el avispero en que se ha convertido el Próximo Oriente, el inestable y frágil equilibrio de nuestro pequeño Planeta, la economía, las migraciones… En la película se señala como causa de parte de todo ello a estos personajes, y viendo quién está al frente de ese país en estos momentos no resulta difícil creer que eso sea verdad, y que estamos en manos de unos políticos que pueden ser auténticos pirómanos.

La película es ágil, mantiene el interés, con una actuación buena del elenco actoral.

Y sí, recomendable verla.

Título original: Vice	REPARTO: Christian Bale, Amy Adams, Steve Carell, Sam Rockwell, Jesse Plemons, Eddie Marsan, Alison Pill,  Stefania Owen, Jillian Armenante,  Brandon Sklenar, Brandon Firla,  Abigail Marlowe, Liz Burnette,  Matt Nolan,  Brian Poth, Joey Brooks, Joe Sabatino,  Tyler Perry, Bill Camp,  Shea Whigham,  Cailee Spaeny, Fay Masterson,  Don McManus, Adam Bartley,  Lisa Gay Hamilton, Jeff Bosley, Scott Christopher, Mark Bramhall,  Stephane Nicoli, Kirk Bovill,  Naomi Watts, Alfred Molina,  Lily Rabe
Dirección: Adam McKay
Guion: Adam McKay
Música: Nicholas Britell
Fotografía: Greig Fraser
Año: 2018
Duración: 132 min.
Género: Biopic
País: Estados Unidos

-MAY IBÁÑEZ-

Enero 2019

“ASUNTOS DE FAMILIA” Cine 2018

La familia no se elige…aunque, a veces, sí.

6 personas: cuatro mujeres, dos hombres. De ellas una niña y un niño.

El espacio, una casa de planta baja. Abigarrada de ropa, pequeños muebles, colchones, utensilios de cocina, algún armario que es cama… Cocina, dormitorio, sala de estar, todo en uno, agobiante en principio. El escaparate de la pobreza.

El género de la película: docudrama.

Ubicación en la sociedad nipona de hoy.

Llama la atención la afabilidad de cuantas

personas desfilan por las diferentes secuencias, protagonistas y personajes secundarios. Todos destilan bondad, amabilidad, educación, ternura. Yo diría que muestra una sociedad de comportamientos modélicos que, tal vez, estamos perdiendo en Occidente.

Y ello a pesar de que el grupo familiar discurre por caminos delictivos.

¿Qué presenta y qué cuestiona?...

§  Las relaciones de consanguinidad (familias biológicas).

§  La soledad.

§  La violencia en familia.

§  La situación de precariedad de los trabajadores de hoy.

§  La ternura como pegamento de supervivencia social.

§  El sentido de la moralidad: lo que es bueno y lo que es malo y cómo se puede tener un sentimiento de confortabilidad aun infringiendo algunas normas sociales que se consideran básicas.

Todo ello nos va llegando como si nada, de puntillas, como en susurros, mostrando los momentos que viven los personajes principales; el mundo de cada uno que, sumado, nos muestra una totalidad que tenemos que analizar y cuestionar, y aceptar, o no, desde nuestra propia moralidad.

Técnicamente se rueda con planos generales y algunos primeros planos. Los fotogramas no

resultan especialmente destacables ni bellos, sólo muestran acciones dentro de su contexto a modo de documento visual naturalista para aportar credibilidad.

La banda sonora se centra en el sonido ambiente y algunos momentos musicales que apoyan el guión quedamente, como con miedo a romper la historia que nos relata el guión.

Conflictos: cada personaje tiene su historia y sus propios conflictos; son, por tanto, seis vidas con sus problemas y sus luchas.

La película es también una muestra de pequeñas satisfacciones, de pequeños y cotidianos placeres: la comida, las conversaciones, la proximidad emocional…

El detonante de la historia es una niña de cinco años a la que “rescatan” para liberarla del abandono de su familia biológica. Más adelante el guion nos descubrirá hechos más contundentes ante los que el espectador se tiene que posicionar.

El ritmo de la película es oriental, por tanto con ese otro sentido del tiempo tan en las antípodas de como se vive desde la cultura occidental. Confieso que a mí me crispa un tanto ese diletantismo y esa lentitud; en literatura, como en cine, prefiero que se avance con pasos más largos, aunque tal vez la película exigía ese ritmo.

Interpretación de carácter naturalista, magnífica en todos los personajes.

Momentos destacables: Cuando la nieta, que actúa de estríper en un local, se aviene a entrar en contacto con uno de sus clientes… Ese abrazo, y los gemidos del hombre, muestran el sentimiento de soledad como pocas veces se ha visto en cine. Y la conversación del “padre” con el adolescente mientras se bañan en el mar.

En fin, estamos frente a una parábola si nos ajustamos a su definición: “Una parábola es una de las formas más simples de la narrativa. Evoca a un ambiente, y describe una acción y sus resultados. A menudo involucra a un personaje que se enfrenta a un dilema moral, o realiza una acción cuestionable, para luego sufrir las consecuencias de esa elección".

Y lamentablemente la película termina como empezó pero desde el otro lado del muro en un bucle inútil que nos precipita al vacío.

Y bien, es una buena película porque obliga a repensar roles y comportamientos que ya nos vienen dados como verdades inamovibles…

Me ha recordado en algunos aspectos a otra muy buena película (que también tengo en mi Blog): “The Florida Project” de Sean Baker; como a ésta, la considero cine alternativo, más próximo al festival de Sundance que a los Oscar, al que, al parecer van a presentar como mejor película de habla no inglesa.

Cine que hay que ver sí o sí.

Título original: Manbiki kazoku (Shoplifters)aka	REPARTO: Kirin Kiki, Sôsuke Ikematsu, Lily Franky, Moemi Katayama, Sakura Ando, Mayu Matsuoka
Dirección: Hirokazu Koreeda
Año: 2018
Duración: 121 min.
País: Japón
Guion: Hirokazu Koreeda
Música: Haruomi Hosono
Género: Docudrama
Película enviada por Japón a los Oscar para competir en la categoría de 'Mejor película de habla no inglesa."

-MAY IBÁÑEZ-

Enero 2019