De pronto
te sientes atrapada por un vórtice, no sabes si girando hacia arriba o hacia
abajo, pero girando a velocidad de vértigo. Palabras, palabras… Muerto pero estoy… Figuras retóricas que te empiezan
sorprendiendo. La obra avanza con palabras, y conceptos, y una multiplicidad de temas que acaban
aturdiendo: Conflictos de personalidad, Política, Terrorismo, Aspectos
filosóficos, Memoria, Nacionalismo, Guerra-civilismo, Genocidio- exterminio…
Intemporal: Podría haber ocurrido en cualquier
tiempo presente, pasado o futuro. Podría estar ocurriendo ahora.
Indeterminado geográficamente. Podría pasar en cualquier lugar. Ha
ocurrido en países y zonas concretas, o está ocurriendo ahora mismo. Se asocia a
zonas en conflicto que hemos vivido a través de los medios de comunicación, en
cualquier continente, en determinados países, en el nuestro…
Dos
hermanos de diferente padre, que podrían ser dos amigos, o dos vecinos, o dos
compañeros de clase, o dos amantes… separados y enemistados por circunstancias aleatorias como la
etnia, la clase social, el lugar que habitan, su tiempo, los intereses
económicos, la religión, la ideología…
El espectáculo avanza en sentido
inverso a la intensidad dramática: desde la
dureza del comienzo hasta la esperanza de ese
final al que se llega tras el diálogo y la revisión de todo lo que ha sido su
historia, y sus sentimientos… Lo que se llama “separar la paja del trigo” hasta
la desnudez de la verdad, de esa verdad que a veces enmascaran tantos factores
ajenos e interesados y que crean burbujas de separación, o de odios.
Y eso es la obra, toda ella intensa a través
de las palabras, y los movimientos por el espacio escénico, pausados en el
hermano mayor y acelerados en el pequeño pistola en mano.
La escenografía apropiada para el desarrollo dramático: tres columnas, tres pilares, separados entre sí en diferentes planos, de lo que fue una biblioteca. Para mí una clara simbología del intento de destrucción de la cultura, de la ciencia, del humanismo, porque el conocimiento es democracia y por eso algunos quieren acabar con ello; y cómo a pesar de todo se mantienen firmes esas tres columnas, sobreviviendo a la estulticia y los intereses espurios. Es todo un símbolo que la acción discurra allí.
La escenografía apropiada para el desarrollo dramático: tres columnas, tres pilares, separados entre sí en diferentes planos, de lo que fue una biblioteca. Para mí una clara simbología del intento de destrucción de la cultura, de la ciencia, del humanismo, porque el conocimiento es democracia y por eso algunos quieren acabar con ello; y cómo a pesar de todo se mantienen firmes esas tres columnas, sobreviviendo a la estulticia y los intereses espurios. Es todo un símbolo que la acción discurra allí.
En un
aparte una mesa con un actor-director, que está ahí, presente todo el tiempo
pero visible-invisible en momentos, a modo de jefe de ceremonias, o de creador,
o de espectador, en un guiño a la técnica del distanciamiento que ya vi que el
Director utilizó en otro de sus montajes.
Por cierto
que en uno de sus pocos parlamentos dice algo así como: “Esperando a Godot, de
Samuel Beckett”… En esa obra a la que alude el Director dos personajes esperan
a un Godot que nunca llega; un Godot del que esperan que acabe con todos los
males y que traiga la felicidad… pero que nunca llega. ¿Es un aviso de
desesperanza?… ¿Los nacionalismos, el odio al diferente no tiene solución?... sin
embargo DIKTAT sí lo resuelve, los dos hermanos acaban pasando por encima de
los prejuicios y avanzando más allá de ellos, alejándose enlazados…. Eso me desconcertó
un tanto…
Demasiada
violencia, demasiados conceptos en cascada, sin opción a la pausa que descargue
un poco, que de un respiro… Ese es el pero que le pongo a este montaje.
Aunque el teatro también sirve para aportar los matices
poliédricos de esas realidades y, tal
vez, generar preguntas en el espectador. Pues ahí queda…
Título: DIKTAT
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Música: Luis Ivars
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Autor: Enzo Cormann
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Ayudante dirección: Gemma Martínez
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Traducción: Fernando Gómez Grande
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Imagen y comunicación: María Cortés
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Dirección:
Juan Pastor
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Realización escenografía: Carlos Pinto
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Producción: Col-lectiu intermitent
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Voz radio: Miguel Ángel Fernández
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Espacio escénico y vestuario: Joan
Sabas
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Producción ejecutiva: Marylene
Albentosa
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Diseño iluminación: Mingo Albir
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INTÉRPRETES: Morgan Blasco y Toni Misó
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-MAY IBÁÑEZ-
Octubre 2019