"LA TEORÍA DEL TODO" 2014
Técnicamente trabaja
con planos generales tanto de interior como de exterior (a modo de documental),
por lo que inclina al distanciamiento del espectador. He echado en falta
primeros y primerísimos planos para intensificar ciertos momentos de
intimidad.
La localización, en el
Reino Unido, la universidad con sus vetustos inmuebles, y el interior de las
casas familiares adolecen de contraste y saturación de color, eso que sí han
logrado otros directores como James Ivory en "Lo que queda del día" o
"Regreso a Howards End", por ejemplo.
El argumento busca,
básicamente, conmover, a partir de la situación de un joven que padece
súbitamente una grave enfermedad, de la lucha por superarla y de la importancia
de contar con alguien (su mujer) como aliento en esa travesía.
Si extrapolamos el
personaje de Stephen Hawking, el archiconocido astrofísico, a cualquier vida de
cualquier anónimo ciudadano tal vez la historia quedase en un envoltorio de
piedad y conmiseración y poco más.

Sí es de valorar que
el cine aborde temas científicos como método divulgativo. Aparecen frases como
(sic) "La cosmología es como una religión para ateos
inteligentes", "Busco una teoría que explique la totalidad de
la física del Universo" (fórmula que ocupa la investigación de Stephen
Hawking y de muchos científicos y que da título a la película).
Es, asimismo, una
historia de amor y de cómo éste surge, evoluciona, desaparece, reaparece...como
atributo necesario del ser humano para afrontar la vida. Esto sí lo refleja
bien el guión.
La interpretación es
buena en general, el actor Eddie Redmayne, que interpreta a S.H. está muy bien
caracterizado y Felicity Jones hace el papel de Jane Wilde muy creíble, yo
diría que lo mejor del elenco de actores.
En fin, James Marsh,
el director, ha creado una película que se ve bien pero que no es relevante a
pesar de que se habla de la posible concesión de muchos Óscars...
-MAY IBÁÑEZ- enero 2015
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