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martes, 11 de julio de 2017

"RICHARD BONA: MANDEKAN CUBANO" Concierto


“RICHARD BONA: MANDEKAN CUBANO”   CONCIERTO
En la sala del ADDA de Alicante




No conocía su música y, desde luego, agradezco la iniciativa de la persona que me incitó a asistir al concierto porque ha sido una experiencia musical intensa.

El inicio, con  “Jokoh Jokoh”, Bona como solista y haciendo el coro los 3 percusionistas, ya revela lo que será el resto del concierto: ritmos (multi ritmos) afro-caribeños, esos que te mueven y se cuelan en el interior como una corriente energizante.

Y, curiosamente, ese ritmo no impide que se tenga una cierta sensación lírico-melancólica en muchos momentos. Creo que esa es la principal cualidad del concierto de hoy.
Tal vez sea:
Porque la voz de Bona tiene un timbre claro, íntimo, cálido.
Porque es un showman intenso, elegante y sobrio.
Porque la lengua duala, su lengua natal en Camerún, nos sumerge en el misterio fonético de otras culturas.
Porque la orquesta combina magistralmente los fortíssimos y los pianíssimos demostrando una gran sensibilidad para matizar.
Momentos a destacar:
Bona es un maestro de ceremonias, un hechicero, que rapta al auditorio. El momento en que lanza una frase melódica corta e invita al público a repetirla. El público la repite. Pero va cambiando de tonalidad, desde los agudos más imposibles hasta las cavernas de los graves…y el público lo intenta, lo intentamos, en un juego que nos pone a prueba y que viene a transformarse en un enlace casi físico de todo el aforo.
El experimento electro-musical en el que Bona interpreta una frase musical que queda grabada y a la que va añadiendo variaciones que se suman a las anteriores, usando falsetes increíbles, y con gestos y movimientos de complicidad con el auditorio en otra forma de juego.
El canto a capella que nos regaló.
Y los espontáneos participantes: Primero, hacia mitad de concierto, aparecen en un pasillo dos personas que bailan siguiendo el ritmo, después en uno de los palcos, y finalmente los pasillos se abarrotan de gente que baila. Claro que al final Bona invitó a todo el auditorio a levantarse de la butaca y moverse con la música, como así ocurrió.

En fin, un espectáculo de todo música que te deja bien, hasta un poco más feliz, y del que sales con la sensación de haber participado en un acto MULTICULTURAL real de enriquecimiento por la diversidad.

Los músicos de la banda, excelentes intérpretes, avalan lo expresado anteriormente: Osmany Paredes, al piano, cubano; a la percusión Luisito Quintero y Roberto Quintero, venezolanos; a la batería Ludwig Afonso, cubano; Dennis Hernández a la trompeta, cubano; al trombón Rey David Alejandre, de México; Richard Bona solista y al bajo, de Camerún.

Muy recomendable. Es bueno para la salud.

-MAY IBÁÑEZ-
Julio 2017

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