Esta peli narra –al parecer un hecho real- las peripecias de
un joven al que quieren “sanar” de su naturaleza homosexual. Y
¿cómo?...participando
de un programa que lo transforme en “muy hombre”.
Por cierto, una situación de mucha actualidad, 2019, en
España, y, como muestra, lo siguiente: “El
pasado 1 de mayo, 'eldiario.es' publicó que "El Obispado de Alcalá celebra
cursos ilegales y clandestinos para curar la homosexualidad". Según la
documentación difundida, la formación recoge que "la homosexualidad se
produce por no haber despertado o cultivado suficientemente la
masculinidad"”, o más aún, en
la Comunidad Valenciana: “ …celebración
en tres sedes religiosas de Valencia de cursos homófobos. La investigación
parte de la información publicada por eldiario.es que acredita con testigos,
grabaciones y documentación estas pseudoterapias de aversión destinadas a
modificar la orientación sexual, no permitidas en la Comunitat Valenciana desde
la aprobación de la ley autonómica LGTBI.”
También se puede citar la frase del Papa Francisco en la
entrevista que le hizo Jordi Évole: “Estoy
hablando de un chico que se está desarrollando, los papás empiezan a ver cosas raras. Consulten por favor y vayan a
un profesional y ahí se verá a qué se debe, puede ser que no sea homosexual,
que se deba a otra cosa”, dijo.
Como se ve eso de los programas
para doblegar algo que es connatural no ha terminado aún y persiste la idea
de “sanar” a
cualquier costa con el pretexto de “dixit deus” (dios dijo), o “deus velit” (dios quiere)…
Aquí presentan a un joven al que su familia, la presión
social y los fundamentalismos religiosos empujan a desear cambiar su naturaleza
homosexual participando en un curso. Y
el cursito de marras no tiene desperdicio empezando por la vulneración de la
intimidad en todos los campos y siguiendo con una “terapia” absolutamente
aberrante contra la dignidad personal.
La película muestra cómo se manejan la familia, los
predicadores, los “pastores”, los “terapeutas”…hablando en nombre de todos los
dioses iracundos; y los propios chicos y chicas –gays y lesbianas- que siguen
el curso y que, en algunos casos,
adquieren recursos para aparentar el doblegamiento aunque solo sea para
que los dejen en paz, si bien en otros casos el resultado sea más dramático.
Montaje un tanto enmarañado que mezcla pasado y presente; y
desarrollo falto de fuerza aunque el trabajo actoral, en algunos momentos, sea
bueno: Russell Crowe en el papel de padre, Nicole Kidman en la madre, el propio
joven, Lucas Hedges, y el malo de
la película Joel Edgerton. Tienen buenos
momentos, eso es todo, en un guion caótico y ausente de pálpito.
Frente a estos hechos ¿Película o tal vez, mejor, documental
que los explicite…? Yo soy partidaria de lo segundo, más frío, objetivo y sin
victimismos.
La sociedad actual genera situaciones suficientemente
injustas en el
desarrollo de bienes jurídicos fundamentales así que insistir en
el tema de la homosexualidad puede ser contraproducente incluso para la propia
causa.
Por tanto, para mí, película irrelevante.
Título original: Boy Erased
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REPARTO:
Lucas Hedges,
Nicole Kidman,
Russell Crowe,
Joel Edgerton,
Xavier Dolan,
Emily Hinkler,
Ron Clinton Smith,
Jesse Malinowski,
Troye Sivan
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Dirección:
Joel Edgerton
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Guion: Joel Edgerton (Libro: Garrard
Conley)
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Fotografía: Eduard Grau
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Música: Jonny Greenwood
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Productora: Coproducción Estados
Unidos-Australia; Focus Features
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Año: 2018
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Duración: 115 min.
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Género: Drama | Basado en hechos
reales.
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-MAY IBÁÑEZ-
Abril 2019
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