Las guerras
civiles y sus consecuencias. Las relaciones de vecindad, y las particulares
circunstancias de envidias, intereses, diferencias ideológicas, como
desencadenantes de odios y rencores
y rechazos…o asesinatos aprovechando
contextos de guerra. El pueblo como prototipo de enquistamiento de esas
situaciones, moviéndose entre dos constructos sociales binarios antagónicos del
tipo bueno/malo, blanco/negro, republicanos/nacionales,
nacionalistas/constitucionalistas, este/oeste… que circulan por carriles sin
cambios de agujas… todo avante hasta romperse en el choque.
La primera
parte de la película retrata ese prototipo: la entrada del ejército en el
pueblo casa por casa a la detención o asesinato de los del “otro lado” guiados
por delatores vecinos del pueblo.
La
persecución a los evadidos por las calles del pueblo y campo a través, y su
ejecución sin más, conforman unas secuencias durísimas como comienzo…aunque
bellas e intensas como fotogramas.
Un vecino
esquiva la muerte y apuesta por la supervivencia enterrándose en una
madriguera, como un topo, para escapar de las represalias.
Claro, que
lo que en principio se suponía para un corto plazo se convierte en un rosario de
días y de años; el miedo como causa y efecto… miedo, miedo, miedo… “y la vida
en un agujero porque es lo único que tengo y si salgo me la quitan”. La
película consigue plasmar esa atmósfera angustiosa y presionante.
Vemos las
circunstancias colaterales: su mujer, espléndida, valiente, luchadora,
colaboradora necesaria para hacer posible la
supervivencia del topo porque ella
sí está en el exterior, ese exterior que vemos cómo cambia a través de una
ventana: la vestimenta, la vida en la plaza, el urbanismo, los utensilios que
van surgiendo, el tráfico con los nuevos medios de transporte, la televisión, las
costumbres…
Ante el espectador 30 años a través de la ventana y el salón de una
casa… Eso está espléndidamente resuelto en la película.
También se
ven los reproches velados y el cansancio de una mujer que quiere participar del
festín de la vida y que siente cómo le pesa la situación…
La película
se convierte en el relato de esos años y en un laboratorio de comportamientos
en relación con el sentido de la realidad: la objetiva, que existe
independientemente del espectador, y la subjetiva, construida según la
perspectiva individual. El topo en falso equilibrio entre ambas.
Color en
tonos ocres quemados con profusión de sombras que aporta la atmósfera
claustrofóbica requerida por el guion.
Interesantes
las tomas con la cámara tras rendijas verticales de puertas que son como la
mirada del topo espiando lo que ocurre en los distintos espacios de la casa
desde su madriguera.
Magnífica e
intensa interpretación de los protagonistas.
Banda sonora
que apoya e impulsa en todo momento el desarrollo dramático.
Es un documento
visual de lo que fue para tantos otros hombres que vivieron la misma situación
hasta la amnistía de 1 de abril de 1969.
Lección
histórica… tal vez aprendamos para que no se repitan las causas que empujaron a
hombres a vivir de esa manera.
Muy buena
película, y diferente a lo que se suele ver, con su carga de misterio, de
aventura, de drama, de reflexión histórica…
Magnífica
dirección a tres bandas.
Bueno,
demasiado larga, aunque se lleva bien.
Mientras
hago esta crónica estoy oyendo a Rozalén interpretando la canción “Peces de
ciudad”, de J. Sabina, y saboreando su timbre, su pasión, como si el mundo
estuviera en paz consigo mismo, como si todo estuviera en armonía, como si éste
fuera el mejor de los mundos aunque afuera, más allá de nuestros
zulos-madrigueras-peceras particulares, este mundo, el de ahora, 2019, esté
ardiendo, y descomponiéndose en manos de, una vez más, personajillos con cetros de poder… que hacen del ciudadano topo o pez… (¡Ja,
me ha salido un pareado!)
Título original: La trinchera infinita
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REPARTO:
Antonio de la Torre,
Belén Cuesta,
Vicente Vergara,
José Manuel Poga,
Emilio Palacios,
José María del Castillo,
Carlos Bernardino
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Dirección:
Jon Garaño, Aitor Arregi, José Mari Goenaga
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Guion: Luiso Berdejo, José Mari Goenaga
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Música: Pascal Gaigne
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Fotografía: Javier Agirre Erauso
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Año: 2019 //Duración: 147 min.
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País: España
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Género: Drama / Basado en hechos
reales. Guerra Civil Española. Posguerra española.
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-MAY IBÁÑEZ-
Noviembre 2019
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