Por curiosidad y tras ver la película –el PELICULÓN diría yo-
he indagado para verificar los casos de corrupción que ha habido en este
país…y, ¡cielos!, se podrían llenar varios masters, o tesis doctorales -por
seguir con el contexto- sólo con los enunciados.
Así que, ya frente a la pantalla, la cabeza va evocando los artículos
de prensa, o las tertulias televisivas, o los programas de radio, o la propia
cercana realidad, para situar a los diferentes personajes en su “affaire”; y,
aunque acabas extenuada en el intento, no es improbable que se vea el nombre y
apellido real que hay detrás de cada uno; claro, que no voy a poner ejemplos,
cada cual que cargue con esa responsabilidad ya que el guion y la dirección lo
han querido así. Sugerir resulta siempre más interactivo que explicitarlo.
Y, como cine, resulta espectacular en todos sus recursos.
Como decía, me ha parecido un peliculón, de esos que disfrutas porque cada
pieza encaja en el puzzle general.
El comienzo, un travelling que va siguiendo al personaje a
través de unos pasillos de restaurante a modo de laberinto, conformando un
plano secuencia de cierta duración, y que se abre a un salón repleto de gente
hasta una opípara y abundante mesa de la que disfrutan unos gritones, soeces,
glotones y prepotentes comensales, ya nos marca el perfil de los protagonistas de la película, o sea, nuestros coetáneos corruptos…políticos,
empresarios, banqueros…
El héroe/antihéroe nos conduce por otros laberintos a través
del periplo en el que se embarca para intentar que su “honorabilidad” quede
intacta tras la traición de los suyos; harto improbable a juzgar por la calaña
de sus congéneres, que también se lo montan por la misma labor. En esencia, la
peli nos habla de la soledad de un corredor de fondo dopado, de un hombre que
lo hizo mal con otros que también lo han hecho mal, y que lo saben, y que no lo
deploran porque lo único que les importa es que eso se enmascare, que no se
sepa y así poder continuar la misma sinfonía. A mí personalmente no me ha
despertado ninguna empatía aunque sí he valorado su tesón por desenmascarar a
los otros malos, y los recursos que utiliza. A destacar la secuencia en la que
intenta grabar una conversación con otro de los malos en un balcón…es de
antología.
Como también es antológica la escena en la que un fiscal enumera
las andanzas del protagonista
por clubes de alterne sin que, a la esposa,
presente también en la vista, se le mueva una pestaña. Por cierto, el personaje
más digno de cuantos aparecen.
La fórmula narrativa utilizada es un crescendo apoyado en la
utilización de planos que se suceden vertiginosamente a medida que la tensión progresa.
La banda sonora resulta imprescindible
para apoyar esa sensación, está
perfectamente seleccionada y genera en el espectador el efecto de celeridad
(“he salido como una moto” me dijo una amiga recién vista la película).
Interpretación de carácter naturalista sin sobreactuaciones
que funciona muy bien porque resulta creíble en todos los personajes.
A destacar unos primeros planos, la cara ocupando toda la
pantalla sobre un fondo negro y una iluminación dura, que refuerza la tensión
con una potencia difícil de superar.
En definitiva, SOROGOYEN ha creado un thriller con todos los
ingredientes para generar incertidumbre y
tensión sin respiro en un
producto que bien merece un aplauso, como así
ocurrió al final de la proyección a la que asistí.
Y en fin, lo que subyace en el film no es más que el destape
de un problema sistémico que estamos sufriendo en este y otros países: los usos
ilegítimos de quienes están al frente de entidades
políticas, empresariales,
bancarias, de la judicatura, de los medios de comunicación…que, lejos de buscar
el bien general, buscan su propio beneficio.
Tal vez el cine sirva también para concienciarnos acerca de
la necesidad de una regeneración moral en la sociedad y en la política.
Gran película que hay
que ver SÍ O SÍ.
Título original: El reino
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REPARTO:
Antonio de la Torre
Josep Maria Pou
Nacho Fresneda
Ana Wagener
Mónica López
Bárbara Lennie
Luis Zahera
Francisco Reyes II
María de Nati
Paco Revilla
Sonia Almarcha, David Lorente
Andrés Lima, Óscar de la Fuente
Laia Manzanares
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Año: 2018
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Duración: 132’
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País: España
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Dirección: Rodrigo
Sorogoyen
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Guion: Isabel Peña, Rodrigo Sorogoyen
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Música: Olivier Arson
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Fotografía: Álex de Pablo
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Productores: Gerardo Herrero, Mikel Lejarza
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Coproducción España-Francia;
Tornasol Films / Trianera PC AIE
Atresmedia Cine / Le Pacte / Mondex,
Cie
Bowfinger International Pictures
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Género: Thriller. Intriga/Política
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-MAY IBÁÑEZ-
Octubre 2018
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