Terminada la peli lo primero que sientes es que te has enfrentado a una serie de imágenes potentes, que provienen de una mente que recibe fuertes estímulos del exterior, que no sabe cómo interpretarlas, y que las transmite deformadas en su sentido más literal, con cambio de tamaño y de perspectiva.
Y claro, es que cada imagen, secuencia, plano de la película
está en correlación con los recuerdos de un niño de nueve años.
Esta situación es magma volcánico en manos de un creador con
las herramientas precisas…y así lo he visto.
Si una guerra civil es inentendible para los adultos, en la
mente de un niño es un agujero negro que lo succiona a territorios inquietantes
y perturbadores.
Se nos muestra un barrio de Belfast, finales de los años sesenta,
que ves tranquilo y armonioso, con sus vecinos en tareas cotidianas, sus niños
jugando en la calle, en la escuela…hasta que aparecen las bombas, los fusiles,
las barricadas, la intransigencia, la persecución al que no piensa igual… Y eso
acaba filtrándose en los hogares.
los lazos con el Reino Unido, y los Nacionalistas, de religión católica y partidarios de la unión con la República de Irlanda. Y no lo explica porque no es su cometido.
El niño es un observador-analista que oye y ve todo y que
intenta resituarse en esa extraña nueva realidad, en ese entorno que, de
pronto, ha cambiado.
Desfilan una serie de personajes bien diferenciados a través
de diálogos cortos que, no obstante, perfilan la personalidad de cada uno de
ellos: los abuelos, los padres, el cura, la amiguita…
Y, sobre todo, respiras lo que respira el niño: violencia
real, violencia ideológico-religiosa, violencia como amenaza de cambios en la
familia… Pero también pequeños guiños de vida como ese primer enamoramiento, la
complicidad con el abuelo, su amor por el cine…
Pues bien, todo ello se plasma a través de una técnica cinematográfica
que tira de fotogramas, posición de cámara, secuencias… estudiadas hasta el
último detalle para impactar al espectador, en blanco y negro. Se trabajan los
encuadres: zonas vacías a medio plano, contrapicados, primerísimos planos…que son
bombazos visuales. Esa es la principal
virtud de la película, un ¡hurra por el director de fotografía!
En cambio, el montaje, la forma de contar la historia, no me
ha gustado. Se pasa de una secuencia a la siguiente con tal velocidad que he
estado con cierto aturdimiento toda la película. Y no digo que no corresponda,
pero a mí me ha abrumado.
La banda sonora tiene en Van Morrison el protagonismo como
fondo de muchas escenas. Confieso que no conozco su música por eso de que no
entiendo su letra. Bien que lo lamento, porque imagino que tiene mucho que ver
con las escenas que acompaña.
expresividad. Sí tienen entidad y fuerza los personajes del abuelo y de la abuela.
Al parecer se trata de una autobiografía del Director Kenneth
Branagh, lo que viene a confirmar, afortunadamente, que la plasticidad cerebral
funciona y hace posible superar las malas circunstancias que se puedan tener en
la infancia. Y claro, la certidumbre del niño de sentirse querido por la
familia, bien reflejado en la película.
En fin, dicho lo dicho, y ahí queda, es una película que
desde el punto de vista técnico merece verse, aunque el relato tiene
precipitación y una cierta confusión. Y en el grupo hubo disparidad, a unos les
gustó más, a otros menos…
Título original: Belfast |
Reparto: Jude Hill: niño Caitriona Balfe: madre Jamie Dornan: padre Judi Dench: abuela Ciarán Hinds: abuelo Lewis McAskie, Colin Morgan |
Dirección: Kenneth Branagh |
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Guion: Kenneth Branagh |
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Fotografía: Haris Zambarloukos |
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País: Reino Unido/ Año:
2021 |
-MAY IBÁÑEZ-
Febrero
2022 en los tiempos del Covid
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