Interpretar la realidad es un acto
reflexivo a través del cual se intenta ordenar la complejidad de las piezas que
la componen, de manera que, si el análisis se hace siguiendo tópicos que
llevamos incorporados podemos incurrir en error, perdernos matices, obviar
causas…y llegar a una percepción equívoca.
Los habitantes de ese territorio.
Unos foráneos que se instalan en él.
Unos animales nobles, salvajes y
libres.
Unas desigualdades cultural-educativas.
Unos intereses que chocan.
El director de la película nos presenta una poderosa imagen al comienzo: unos seres utilizan su fuerza y su mayoría para abatir a otro ser hasta derribarlo y humillarlo. Y esa escena se
repite nuevamente más adelante, pero con otros protagonistas. Ambas secuencias son potentes y sobrecogedoras. Y ninguna de ellas sorprende porque la primera forma parte de una realidad ancestral –la captura de caballos salvajes para raparles las crines- y la segunda porque el discurrir de los hechos, según el guion, apunta a que acabará siendo así. A veces el futuro sí está predestinado, como en este caso; se le veía venir.
Pero, ¿no es un tanto burdo, de pincelada gruesa, que nos lleven, que nos dirijan tan directamente hacia ese fin? ¿No hay sutilezas que descubrir?...
La simpatía, además, se dirige abiertamente hacia unos personajes y la antipatía abiertamente hacia otros. Todos los espectadores de la sala al unísono en eso; también un tanto burdo diría yo, maniqueo: buenos versus malos…o malos versus buenos…
Tenemos a
una pareja foránea, culta, intelectual, sensible, instalada en un territorio
del que sabe extraer riqueza, respetándolo. En este momento de cambio climático
en nuestro Planeta esas actitudes despiertan simpatía.
bestias acorraladas son peligrosas.
Con estos ingredientes se ha cocinado una tragedia moderna, sin máscaras ni coros; con un suspense “in crescendo” a través de intensos diálogos y actitudes de gran tensión.
Y plantea también el valor del pacto, del acuerdo; eso a lo que se llega cuando hay desacuerdo, perdiendo algo, pero no todo, por parte de los litigantes; eso que, a veces, se hace imposible. Son situaciones reconocibles y creíbles si te pones en el lugar de cada una de las partes, si hay empatía…Tragedia por el devenir de los hechos, que el equipo de filmación ha sabido resaltar a través de unas imágenes bellísimas que muestran el entorno de las tierras gallegas con su arquitectura rural, esas casas construidas con muros de piedra seca. Y qué bien lo reflejan las cámaras con la luz y las sombras…estamos, dentro de esos espacios, sobrecogidos por la belleza que contiene lo rural, su misterio. Y captan también la belleza del paisaje, las huertas, sus frutos, los bosques…
El sonido,
indefinido, sin melodía reconocible, en bucle unas veces y otras rasgado y
largo jugando con las intensidades; nos rapta, y potencia las secuencias que
acompaña.
La
interpretación, y la cámara que la capta, una obra maestra en el arte
cinematográfico. Todo el elenco actoral está magistral.
Y, en fin,
cada espectador sabrá cómo posicionarse ante los hechos una vez finalizada la
película; yo agradecí esa segunda parte en que la protagonista da un giro
aportando esperanza a una situación tan enconada…más próxima a la empatía y al
pacto, y a la solución de los problemas con esa actitud.

Una vez
finalizada mi reseña leo que el guion está basado en unos hechos reales.
La película
una de las mejores que he visto.
Mi
admiración por su director, Rodrigo Sorogoyen.
Hay que
verla sí o sí.
Título original: AS BESTAS |
REPARTO: Marina
Foïs, Denis
Ménochet, Luis
Zahera, Diego
Anido, Marie Colomb, Luisa Merelas, José
Manuel Fernández y Blanco, Xavier Estévez, Gonzalo García, Federico Pérez… |
Dirección:
Rodrigo Sorogoyen |
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Guion: Isabel Peña, Rodrigo Sorogoyen |
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Fotografía: Álex de Pablo |
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Música: Olivier Arson |
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Año: 2022// Duración: 137 min. |
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Género: Thriller. Drama | Vida rural |
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País: España |
-MAY IBÁÑEZ-
Noviembre 2022
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