“LADY BIRD” 2017
Una joven recién salida de la adolescencia atrapada en el horizonte de
sucesos y a punto de ser absorbida por
la fuerza gravitatoria del agujero negro… (Un guiño en recuerdo del gran
cosmólogo Stephen Hawking).
Estamos ante una joven rebelde (y eso
sí se plasma bien en el guión y en la interpretación) que mira lejos, tanto que
acaba por perder la perspectiva respecto de sí misma y de su entorno…que no
sabe dónde está. Que pierde la capacidad de categorizar lo que tiene cerca, eso
que el espectador ve tan claro y tan valioso. Y, a decir verdad, puedes
justificarlo porque la protagonista es una joven recién salida de la
adolescencia. Pero tal vez hay algo más.
La acción se ubica en Sacramento,
capital del estado de California, 2002.
Se desarrolla entre la vida familiar,
la escuela, los amigos, los incipientes escarceos amoroso-sexuales.
Es más un drama que una comedia
frívola por cuanto que la joven vive intensamente paradojas que no acierta a
resolver.
Confusión en su identidad, no quiere
ser Christine, quiere ser Lady Bird.
Quiere estudiar en la Universidad privada
de Yale, New Haven, Connecticut, en la costa este de los EEUU, una de las más
prestigiosas del mundo, pero no se preocupa por estudiar, copia de las
compañeras, no sabe si seguir por el área de humanidades o por la de ciencias.
No valora el esfuerzo económico de la
familia que le paga, con gran sacrificio, una escuela privada porque la pública
les parece insegura… y, para mí, ahí radica el meollo de la historia: acaba
siendo una DESCLASADA, está situada en una clase social ajena a la suya. Y eso
la convierte en mentirosa, rebelde, insegura. Acaba por no saber quién es, ni
lo que quiere, ni a dónde ir, ni quién ser…
En el mientras tanto vemos el
funcionamiento de una escuela privada católica de jóvenes de clase alta con sus
protocolos religiosos, sus espacios, sus monjas y curas (bien el casting para
ellos, y la interpretación). El guiño que hacen a la modernidad con sus
fiestas, sus actividades teatrales y musicales. Vemos también las mansiones que
habitan los compañeros de clase que ella querría para sí.
Confundida, acaba por no dar valor a
la espléndida (modélica diría yo) FAMILIA que tiene. Un padre comprensivo,
generoso, próximo, en paro laboral; una madre con varios trabajos para hacer
frente a las necesidades familiares que no entiende la actitud de la hija; un
joven y una joven que la familia ha acogido como dos hijos más.
Una casa
humilde pero cálida afrontando la dureza de mantenerse a flote.
El papel de su amiga gordita es
destacable por el realismo del rol y por la interpretación, y también en esto
está confundida la protagonista,
que acaba por no valorar la verdadera amistad
que tiene en ella.
En el corto camino del film un amor que
deviene en fracaso.
Las acciones compulsivas de la joven
que “vive más allá de las vías del ferrocarril” en una clara metáfora a vivir
fuera del camino.
Se ve bien, es ágil y fresca. Avanza
bien en la historia y el trabajo actoral es bueno. La madre, entre frágil y
fuerte, hace un papel muy creíble, perpleja frente a las actitudes de su hija a
la que no acaba de entender.
En fin, como positivo la imaginación
y la ambición de la protagonista, y el tesón para lograr sus sueños, esos que,
con el tiempo, la harán posicionarse en
una escala más real: cuando vuelva a ser Christine sin
renuncia a ser Lady Bird.
Me ha gustado sin ser un peliculón.
Se pasa bien la tarde.
Año: 2017
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Reparto: Saoirse Ronan, Laurie Metcalf,
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País: Estados Unidos
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Lucas Hedges, John Karna,
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Dirección: Greta Gerwig
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Beanie Feldstein, Tracy Letts, ...
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Género| Comedia dramática.
Adolescencia.
Cine independiente USA
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-MAY IBÁÑEZ-
Marzo 2018
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