Trataré de ser breve para contrarrestar toda la publicidad
que ha precedido a esta película y a tantos premios como está recibiendo.
La he visto a través de Netflix en casa de unos sobrinos que
tienen una pantalla como de sala de cine mientras cenábamos…y después de una
sesión de tres horas del curso que estoy
haciendo sobre Literatura y cine que ha incluido ver una peli, por tanto un
poco cansada… Tal vez eso justifique el escaso entusiasmo que me ha provocado.
Costumbrista, blanco y negro con muy buenos fotogramas pero
no comparable con otra de blanco y negro que he visto recientemente, “Cold War”,
de Pawel
Pawlikowski.
Comienza con una
secuencia en la que se ve la silueta de un edificio, la parte alta, y un avión
que pasa por delante del sol. Y
termina con la misma secuencia… Eso nos
sitúa frente a una concepción del tiempo circular no se sabe si para repetir
eternamente los hechos o para aprender y dar el salto a otros en el siguiente
recomienzo. Pero entre la primera y la última, tal vez no haya pasado un año, ¡han
ocurrido tantas cosas!... ¡Y tan cotidianas!.
México, el hogar de una familia de clase media alta, el matrimonio,
cuatro hijos pequeños, la abuela, el chófer, dos sirvientas indígenas que se
comunican en su lengua.
La primera parte me ha resultado muy lenta. Planos que se
eternizan en el intento de que el espectador penetre en los momentos
introspectivos de los personajes que muestra. Nos va situando en su realidad a
modo de planteamiento.
La segunda parte, el nudo, es la eclosión de los conflictos y resulta más
activa para el espectador. Se tiene la sensación de que son dos películas en
una.
Retratar lo cotidiano
no debe ser fácil porque es un reto a la monotonía, pero aquí el director lo
plantea a modo de “arriba y abajo” y nos hace ver cómo los problemas
existenciales perturban tanto a unos como a otros y, aunque eso sea una
obviedad, mostrarlo no es fácil, e implicar al espectador en ello tampoco; ése
es el valor de esta película.
Los conflictos no
pasan de ser elementales: la realidad de cada cual no siempre se adecúa a
sus deseos porque a menudo choca con los deseos de otro, y eso expulsa de la
zona de confort y genera incertidumbre primero y ansiedad después. Y por ello
pasan nuestros personajes, la criada y la patrona. En realidad eso nos puede
pasar a todos…
La casa como tercer personaje, unas pinceladas del ambiente
social en las calles de la ciudad, y la relación entre criadas y patronas nos
terminan de perfilar el mapa.
Se viven momentos de cierta tensión que no voy a desvelar.
Pero fundamentalmente es un retrato de dignidad, de respeto
y de igualdad cuando nos muestra la relación entre personas de diferente clase social; son
circunstancias que ponen en valor al ser humano, eso y la determinación de
resurgir tras la masacre personal a modo de Ave Fénix…la vida sigue y hay que
ir a por ella, la felicidad está por llegar…a pesar de todo. Y eso también es
bastante común…
Sonido ambiente todo el rato y un tanto alto de volumen que dificulta
oír con claridad.
Buena interpretación de carácter naturalista.
Tal vez demasiado larga, se me ha hecho pesada.
Título original: Roma
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REPARTO:
Yalitza Aparicio,
Marina de Tavira, Marco Graf,
Diego Cortina Autrey,
Carlos Peralta, Daniela Demesa,
Nancy García García,
Verónica García, Latin Lover,
Enoc Leaño, Clementina Guadarrama,
Andy Cortés, Fernando Grediaga,
Jorge Antonio Guerrero
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Dirección:
Alfonso Cuarón
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Guion: Alfonso Cuarón
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Fotografía: Alfonso Cuarón
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Productora: Coproducción México-Estados
Unidos; Participant Media / Esperanto Filmoj. Distribuida por Netflix
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País: México México
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Año: 2018
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Duración: 135 min.
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Género: Drama
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-MAY IBÁÑEZ-
Enero 2019
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